“Sticks & stones”, ¿Gran disco o una excusa para directo?
Hace 3 años apareció en el mercado del quinto disco de Eric
Sardinas, aunque es el segundo si tenemos en cuenta que ahora vienen firmados
bajo el nombre de Eric Sardinas & Big Motor.
El trío nos ofrece una buena sesión de blues y rock con toques de country, y sobre todo una intensidad increíble
teniendo en cuenta como está la música en estos momentos, aunque, todo sea
dicho, dicha intensidad ha sido menor que en otras entregas. No hay nada
original en el disco, nada que no se haya escuchado antes, pero la manera de
entender el blues por parte de Sardinas es de lo más explosiva.
Y sí, no hay duda de que Steve Ray Vaughan, Johnny Winter y Jimi
Hendrix son el espejo de lo que escucha Sardinas.
El disco abre con Cherry
wine, Comenzamos con un blues muy potente, y eso que el
sonido limpio de su guitarra hace presencia sin que aparezca asomo de
distorsión. Excelente la base rítmica de Price y Frazier en
un tema rítmicamente muy complejo.
Al final del disco encontramos temas como Too many ghosts. El disco termina con esta hermosa balada country rock que evoluciona en un
estudiado crescendo. Arpegios de guitarra limpia se mezclan con el Slide
mientras Sardinas canta de una forma muy melódica. Cuando
entra el grupo al completo lo hace con fuerza, pero sin perder la belleza y
sentimiento. Toda una obra de arte y una manera sorprendente de cerrar el
álbum.
“Sticks & stones” tiene una
gran virtud y un gran defecto. Es pegadizo, intenso y tiene momentos
magistrales. Pero algunos temas pecan de excesiva sencillez. Por otra parte,
quien haya asistido a sus incendiarios directos sabrá que lo escuchado en los
discos no es más que una base sobre la que Sardinas improvisará
hasta la saciedad, haciendo partícipes a los asistentes. Por tanto, la excesiva
sencillez de este álbum no es indicativo alguno de que Eric Sardinas
& Big Motor estén en medio de un bajón creativo ni mucho menos. Los
tres tocan a un nivel alto, hay una buena compenetración a la hora de los coros
y el trío no ha acusado el cambio de baterista. Suena más bien a jugada de
discográfica, un intento de abarcar a más público, acercándose ahora a los fans
del country o del rock clásico a lo Rolling Stones o Bruce Springsteen.
El hecho de haber creado un disco de menor calidad respecto a anteriores entregas siendo
conscientes de que lo pueden hacer mucho mejor, debiera ser algo criticable. La
actitud de Eric Sardinas ante la música es la de darlo todo
sobre el escenario, por lo que grabar un disco es más bien el precio a pagar
por poder actuar en todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario